Al llegar a la estación la mayoría de la gente había tomado las mismas precauciones que yo, pero justo las dos que estaban a mi frente daban frio sólo con mirarlas. Eran dos chicas, de unos 16-17 años, vestidas con camisa de cuadros (eso sí, de manga larga) y un simple chaleco de lana por encima. Nada en el cuello, nada abrochado que diera calor!!

Vivimos en un mundo de contrastes que a veces no llego a entender. El ser humano es muy complicado (vaivén de cabeza para acompañar la frase)