Lo prometido es deuda, en enero le dije a
Laube que pondría la receta del
tin chicken, no podía faltar a mi palabra.
La receta que traigo es del tipo
"shanr", una denominación que usa Morgana y que me parece de lo más apropiada para este caso. La receta original del tinchicken es con cerveza, de forma que se aprovecha parte del jugo de cebada para adobar la carne y el resto se deja en la lata para que dentro del horno se vaya evaporando y aportando jugo al pollo desde dentro. La idea me parece una maravilla!!!
La primera vez lo hice así y debo decir que queda buenísimo, jugoso por dentro y rustidito por fuera, una delicia. El problema es que no puedo quedarme quieta, así que cada vez que lo he vuelto a hacer he ido incorporado nuevos jugos aprovechando la técnica de introducir la lata por sálvase la parte de nuestro pollo.
El que traigo hoy ha quedado especialmente bueno, así que repetiré. El primer paso es dejar el pollo macerando, por lo menos una hora. Primero lo salpimenté y le coloqué dos hojas de laurel en el interior, por fuera le eché un chorrito de brandy y el zumo de un limón (sí, fue el que me olvidé ;( de incorporar a la
Megamagdalena)
Después se coloca el líquido del macerado dentro de una lata para que así pueda impregnar al pollo también desde el interior. Esta mezcla huele poderosamente a cubata!! Me salpicó un poco al pasarlo a la lata y pasé el resto de la tarde oliendo a pub sábado noche.
El pobrecito va a sufrir una fuerte intrusión en su cuerpo antes de entrar en el horno. Un detalle, hay que calcular el tamaño del pollo de forma a que pueda entrar de pie en el horno, en mi caso he visto que no puede ser mayor de dos kilos.
Lo rocié con ALOVE antes de colocarlo en el horno (precalentado a 180 grados). Tardó unos 40 en estar listo, dorado por fuera y bien jugoso.
