Como no tenía requesón lo he substituido por queso-crema y el resultado ha sido espectacular!! Son unos crepes muy cremosos y nada nada grasientos. Los hemos tomado en dos versiones: espolvoreados con canela y rellenos de dulce de frutos rojos. Para acompañar zumo de naranja y un mango cortado en tiras. Un desayuno de campeones para acabar bien la semana!!
La receta es super sencilla y se preparan muy fácil (como quedan cremosos hasta es fácil darles la vuelta a golpe de sartén con una mano, promesa). Para dos personas:
- 1/3 de un envase de queso-crema (tipo Philadelphia)
- 2 cucharadas soperas de azúcar
- 1 huevo
- 6 cucharadas soperas de harina
- 1 pizca de levadura en polvo (me he saltado este paso porque la harina de repostería que uso ya la tiene incorporada)
- 1 cucharada sopera de aceite de girasol
-75-100 ml de leche (en mi caso semi)
Mezclas el queso-crema con el azúcar y después incorporas el huevo. cuando sea una masa sin grumos le incorporas la harina, mejor si es tamizada, y el aceite de girasol. A este pegote de masa, en este momento parece imposible que eso se vaya a conviertir en un crepe, le añades la leche. Un par de vueltas y la masa ya coge consistencia de crema.
Por último basta untar una sartén no demasiado grande con algo de que grasilla (he usado mantequilla porque creo que así quedan más jugosas) y colocar una cucharada buena de la masa. Dejar dorar por ambos lado y voilà! desayuno listo.
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