sábado, 24 de septiembre de 2011

Imperial + Alitas

Y el motivo por el que compré la cerveza Imperial fueron unas alitas de pollo que tenía en el congelador... normalmente las hacemos a la brasa, pero entre que no tenía carbón en casa y que el tiempo ya amenaza con el otoño, me decidí a probar con el horno.

Salpimenté las alitas y les añadí un poco de perejil, después las metí en un cuenco y las dejé bañándose en la cerveza como una hora. Bien escurridas se fueron para una fuente de horno. Aproveché para mojar en la mezcla unas patatas blancas pequeñas, después las coloqué en el medio de la fuente, salé y les eché un chorrito de aceite de oliva (sólo a las patatas, que las alas ya tienen grasa suficiente).




A 200 grados estuvo la bandeja en el horno unos 50 minutos (a mitad de cocción le di la vuelta a las alas para que se doraran por todas partes).

El resultado fue mucho mejor de lo esperado!! Las alitas quedaron supercrujientes y conservaron el aroma a cerveza. Las patatas cogieron una rica costra y por dentro estaban blanditas y deliciosas.

Se repetirá la experiencia.

Típico portugués: Imperial

Aquí está la razón por el que en Portugal si quieres una caña tienes que pedir una "imperial".

A eso se le llama hacer marca; al igual que pasa en España al pedir un donuts (berlina) o al comprar panbimbo (pan de molde).




Nota: Si lo que quieres es un corto, no te olvides de que debes pedir una "lambreta".

viernes, 23 de septiembre de 2011

Un libro que será un clásico




Boris Akunin ha sido mi descubrimiento literario del año.

"A rainha de inverno" fue una agradable sorpresa que me encontré en la sección de recomentaciones de la biblioteca Palacio Galveias.

Atención al detalle del índice del libro, me ha encantado la forma que tiene el autor de presentar los capítulos.



Es el primero de una serie de novelas centradas en el Detective Fandorin, un tipo con buena estrella y unos dotes especiales que se mueve por la Rusia de finales del XIX (y en ocasiones, también por media Europa).

Destripando la novela (aviso de spoiler):
Lo que más me gustó de la narración es la idea presentada en la figura de Lady Astair, una mujer que ha establecido orfanatos por todo el mundo en los que educa a sus niños potenciando sus dotes naturales. La idea es que todos disponemos de capacidades que nos diferencian y que, bien explotadas, pueden llevarnos al éxito y a la mejora de la sociedad en la que vivimos.
Lady Astair ejerce esa labor en la novela, la de educar a los futuros grandes hombres que mejorarán la sociedad(sí, en la época en la que se desarrolla la novela Lady Astair entiende que lo de educar niñas es menos productivo, aunque haberlas hailas).
Con su red de contactos, no sólo los educa sino que los coloca en el lugar justo en el momento preciso; de ese modo consigue que estos hagan avanzar la ciencia, la política, la enseñanza, los deportes, la medicina... y, por ende, toda la sociedad.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Típico portugués: Bacalhau com natas


Una de las cosas que más se sorprendió al llegar a Portugal fue la cantidad de preparaciones de bacalao que tienen en las que el producto estrella queda enmascarado. En Galicia la forma de comer el bacalao es cocido (y bañado en un rico sofrito de aceite, ajo y pimentón) o a la plancha; en ambos casos cuanto más hermoso sea el toro mejor.

Aquí han aprendido a utilizar las partes menos nobles del pescado convirtiéndolas en pataniscas o haciendo platos como el Bacalhau à Brás o el archifamoso Bacalhau com natas (con sus mil y una variantes).

Tuve la suerte de que la primera vez que probé el bacalhau com natas fue en casa de una amiga, que lo preparó sin abusar de los aceites e incorporando gambas a la receta. Riquísimo es decir poco!!!

Es de los pocos platos portugueses que cocino habitualmente, aunque procuro no pasarme ya que es una bomba de calorías.

La versión de las fotos de hoy es tiene un estilo a lo pobre (no tenía gambas y tuve que substituirlas por surimi) y huye del exceso de grasa en la receta (no puse la capa final de nata por encima). De todos modos, la receta os la pongo a lo rico rico:

Ingredientes:

- 600 gramos de bacalao desalado y sin espinas
- 1 kg de patatas
- Un par de cebollas hermosas
- Aceite de oliva
- Un puñado generoso de gambas peladas
- Leche
- Harina
- 200 ml de nata para cocinar
- Queso para gratinar
- Sal, pimienta y perejil.

El plato es un poco laborioso porque hay que ir preparando varias cosas al mismo tiempo.

Hay que comenzar poniendo a cocer el bacalao en leche, procurando que no llegue a hervir. Por otro lado, se frien las patatas como si fueran para una tortilla (procurando que no queden crujientes sino melosas). En una sartén con buen fondo se pone el aceite y se pochan las cebollas cortadas bien finas.

Una vez la cebolla esté dorada, se escurre el bacalao (reservando la leche de la cocción) y se incorpora a la sartén en la que está la cebolla junto con las gambas. Salpimentar a gusto y añadir un poco de perejil. Dos vueltas para incorporar todos los ingredientes.

Es el turno de preparar la bechamel (es como si fuérais a hacer croquetas): poner un par de cucharas de harina sobre la farsa (la mezcla de cebolla, bacalao y gambas) y dar vueltas hasta que no se vean motitas blancas. Seguidamente se va incorporando la leche en la que habéis cocido el bacalao, hasta que consigáis una mezcla de bechamel ligera. (Hay quien añade nata a la bechamel, pero para mi gusto ya es demasiado)

En este momento las patatas ya deberían estar fritas, escurrirlas bien e incorporarlas a la mezcla anterior.

Llega el turno de colocar en la bandeja para horno todo el preparado. Por encima se colocan los 200 ml de nata, procurando que formen una capa blanca que cubra todo, pero sin remover. Por último, queso para gratinar (en este caso usé mozzarella en lonchas), al horno hasta que la parte de arriba se ponga dorada y listo!

Para aligerar el plato un poco, lo mejor es servirlo con ensalada de zanahoria. Aunque parezca mentira, le da un toque de frescor al conjunto y encaja de maravilla con el sabor del plato.







Típico portugués: Amêijoas à Bulhão Pato

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Passeio 2011 Motornova 2

Sobre el mediodía llegamos a nuestro destino, el lugar escogido era una preciosidad.

Bajando un caminito desde el restaurante se accedía a una piscina en el lago, lo cierto es que no sé bien como llamarla. El caso es que han colocado unos flotantes que permiten estar tumbada encima del lago y que además dan mejor acceso al baño. Una gozada.

Un grupo de osados se dieron un baño después de la comida, la decisión fue unánime: el agua estaba muy buena!!






Por último, tuvimos sorteo de regalitos relacionados con el mundo de las motos (a nosotros nos tocó en suerte una réplica de la Kawasaki Ninja) y regreso a casa, cansados y satisfechos.

martes, 20 de septiembre de 2011

J. Edgar

Aquí el trailer de una peli que me muero por ver, deseando estoy de saber como Clint Eastwood nos ha retratado la vida de un personaje como Hoover.

Ya estaba tardando la llegada de un biopic sobre un personaje que despierta tantas preguntas; aquí hay carne de Oscar.



Nota: sólo he visto el primer minuto del trailer, quiero poder disfrutarla sin demasiada información previa (aunque de aquí al estreno eso va a ser dificil de cumplir)

Mi rey y yo

Para un martes de septiembre, una canción que siempre hace que me apetezca mover los pies:

lunes, 19 de septiembre de 2011

Passeio 2011 Motornova 1



La tienda de motos Motornova de Lisboa organiza todos los años un paseo de moteros al final del verano. Este año nos reunimos el domingo 11 de septiembre algo más de 100 motoqueiros dispuestos a hacer un divertido viaje.

El destino era el restaurante Paraíso do Zêzere (Vila de Rei, Distrito de Castelo Branco), donde fuimos invitados a comer, a unos 200 km de Lisboa.

La reunión comenzó a las 8 de la mañana, primero todos a la gasolinera a llenar tanques y organizar la velocidad de marcha (la idea era ir todos juntos en caravana, pero sin molestarnos demasiado). De mañana nos pilló un día perfecto para ir en moto: unos 25 grados de temperatura, sin viento y con pequeñas nubes en el cielo (sin ese sol deslumbrante que te puede jugar malas pasadas).





La primera visita fue al Centro Geodésico de Portugal, en Serra da Melriça. El paseo hasta allí fue una maravilla, ya que tienes que ir subiendo la colina por una carretera que la va bordeando. Al llegar tuve un susto al ver el edificio del Museu de Geodesia ya que está como colgando de un peñasco que da justo a la entrada; lo que significa que, al entrar en la zona, tienes la sensación de que se te va a caer encima.



Las vistas son muy bonitas y el aire allá arriba es fresco y puro. Nos hartamos de sacar fotos y de saltar por allí como crios.



domingo, 18 de septiembre de 2011

Midnight in Paris



Recuerdo la primera película de Woody Allen que fui a ver al cine, fue Desmontando a Harry (1997), me partí de risa y me convertí en fan del Sr. Allen.

Mi madre siempre dice que le gustan las pelis de Woody Allen en las que él no aparece como intérprete. Estoy segura de que Midnight in Paris le va a encantar.

He tardado mucho en verla porque quería que fuera en el cine y, por algún motivo que no alcanzo a comprender, la peli se ha estrenado en Portugal sólo el día 15 de septiembre. Me ha tocado armarme de paciencia y resistir a la descarga directa, pero ha merecido la pena.



Los primeros minutos hacen que caigas enamorado de París; Woody Allen utiliza la misma técnica con la que ya expresó su amor por New York, estampas cotidianas de la ciudad (acompañadas de música de trompeta) que llevan del sol a la lluvia, porque cuando más bonita está París es cuando llueve. No hay que olvidar que Audrey Hepburn ya enseñó ese dogma a Humprey Bogart en la deliciosa Sabrina.



El genial director ha conseguido lo imposible,¡hacer que Rachel McAdams parezca odiosa!

No descubro nada al decir que la peli trata de un escritor americano que viaja a París con su prometida y los padres de ésta. Allí se encuentran con una pareja de amigos, de ella, a los que quieres asesinar desde el minuto uno.

Él decide escapar de la situación y se va a pasear por París, descubriendo a media noche la entrada al París de los años 20 en el que viven Picasso, Dalí, Hemingway, Gertrude Stein, los Fitzgerald... Todo un recorrido por aquella época que va contrastando con vueltas a la realidad de 2010.

Owen Wilson ejerce perfectamente el papel de alterego de Allen, consiguiendo crear un personaje ingenuo, modesto y adorable. Marion Cotillard está, como siempre, absolutamente encantadora; la elección de la actriz como la musa de pintores fue un gran acierto.

En resumen, una película deliciosa que nos trae al mejor Woody Allen.