Sobre el mediodía llegamos a nuestro destino, el lugar escogido era una preciosidad.
Bajando un caminito desde el restaurante se accedía a una piscina en el lago, lo cierto es que no sé bien como llamarla. El caso es que han colocado unos flotantes que permiten estar tumbada encima del lago y que además dan mejor acceso al baño. Una gozada.
Un grupo de osados se dieron un baño después de la comida, la decisión fue unánime: el agua estaba muy buena!!
Por último, tuvimos sorteo de regalitos relacionados con el mundo de las motos (a nosotros nos tocó en suerte una réplica de la Kawasaki Ninja) y regreso a casa, cansados y satisfechos.
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