domingo, 24 de octubre de 2010

De huevos



Desayuno de domingo y... parece que me repito, pero no.

Esta es la historia de como un delicioso huevo ranchero puede desdoblarse, suculentamente, en unos maravillosos "huevos divorciados". El modus operandi es el mismo, la novedad es que entra en juego una salsa roja para tacos. En el medio deberían estar unos frijoles bendiciendo la unión, pero se me hacía demasiado.

Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas?

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