El juego es sencillo:
menta fresca, queso fresco en tacos (a poder ser de cabra) y
rabanitos cortados en lonchas. Se mezclan los tres ingredientes con un poco de pan.
El resultado es muy fresco y jugoso, un bocado sorprendente típico de tierras persas que sienta bien a cualquier hora.
Ya me contaréis.
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