Uy, qué largo que me ha quedado el nombre! Bueno, por lo menos creo que describe justo lo que es esta deliciosa tarta.
La receta se la cogí a El Comidista, sólo he hecho unos pequeños cambios.
Atención al detalle, Mikel López describe la dificultad como para marixoxos, para conocer el origen del término hay que pasarse por el enlace... prometo que merece la pena ;D
Siguiendo su consejo de que hay que comer la fruta según la temporada, esta la he decorado con fresas, pero admite todo tipo de versiones (con piña, kiwi o melocotón seguro que tiene que quedar también muy buena)
Ingredientes:
Base
250 gr. de galletas tipo María
100 gr. de mantequilla
Un chorrito de leche (si necesario)
Relleno
150 gr. de queso crema (Philadelphia o similar)
2 sobres de preparado para crema (yo usé Royal)
750 ml de leche
4 cucharadas soperas de azúcar
Cáscara de un limón
Cobertura
300 gr. de fresones
2 cucharadas soperas de azúcar
100 ml de agua
1 limón
Base: Triturar las galletas y añadir la mantequilla derretida. Si veis que continúa muy seco y no hace masa, podéis añadir un chorrito de leche; ayudará a que se integre la masa sin tener que incluir más grasa. Extender la masa en el molde elegido y reservar (el mío es de unos 25 cm de diámetro)
Relleno: Me resisto a hacer crema casera, puede ser una tontería pero me da hasta miedo intentarlo; al modo Falsarius chef yo me apaño de maravilla con los sobres de crema de Royal, me parecen un gran invento. En este caso usé dos sobres y reduje un poco la cantidad de leche recomendada, quería conseguir una consistencia casi de natillas. Aromaticé la leche con la cáscara de limón antes de incorporar los polvos y conseguí una crema con sabor a limón que pedía ser devorada a cucharadas directamente!! Una vez hecha la crema de limón se añade el creso crema y se revuelve hasta conseguir que se integre bien. Con cuidado de no romper la base, se coloca por encima y se deja enfriar.
Cobertura: Poner el agua al fuego, con el azúcar y el zumo de limón hasta conseguir un sirope. Lavar los fresones, quitarles el rabito y cortarlos en mitades. Depués de limpios los dejáis dentro del sirope unos minutos para que se empapen bien. Una vez frios, basta con decorar la tarta a vuestro gusto.
El resultado es una tarta muy fresca, digestiva y nada empalagosa.
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