lunes, 21 de marzo de 2011

Never let me go: película



Nunca me abandones (Never let me go, 2011) es un película de aquellas que te dejan el estómago en un puño. Se trata de la adaptación de la novela de 2005 de Kazuo Ishiguro que, por lo que he podido leer por ahí, es una de las grandes novelas del inicio del siglo XXI. Tengo pena de no haber conocido la existencia del libro antes de ver la peli, ignorante que es una, ya que me habría encantado leer antes de ver.



Atención Spoilers

La historia te da las claves para entender lo que sucede en el colegio desde los primeros minutos. No sé si en la novela es igual, pero en la peli te dejan ver muy rápido que esos "niños especiales" han sido creados para ser donantes de órganos.

Las miradas de los adultos hacia ellos a lo largo de todo el metraje son de miedo y desconcierto, como si no supieran a qué atenerse o cómo tratarlos.

Lo que deja las tripas revueltas es la forma en que los protagonistas aceptan con resignación su suerte, a todos los niveles. No hay ningún género de rebeldía, ni en sus relaciones personales ni frente a su situación de donantes que van a ser sacrificados para beneficiar a otros que se lo merecen más... en fin.

Su destino está establecido y es inmutable, sólo les que da un resquicio de esperanza que a todas luces se torna imposible (una prórroga por amor).



En el precedente de "La Isla", McGregor y Johansson corren que se las pelan una vez que descubren la terrible verdad, convirtiendo la segunda parte de la peli en pura acción. Aquí no hay nada de eso, el que lo esté buscando se ha equivocado de película.

Fin Spoilers

Por lo que sé, la recaudación no ha sido demasiado generosa. Para empezar no es una peli que considero se pueda vender bien al público americano e, incluso en Europa, se me antoja muy minoritaria. De todos modos, estoy segura de que se convertirá en una referencia de culto dentro del género distópico.

Si 1984 me aterrorizó; estoy segura de que Never let me go (novela) es igual o más estremecedora.

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