El otro día leyendo a Ingrid de My Lovely Food me encontré con esta idea de postre, no he podido quitármela de la cabeza desde entonces. Me encanta el café, me encanta el helado, las fresas y las galletas... estoy igual que Joey en aquella memorable escena con el postre inglés de Rachel.
Al acabar de comer me apetecía algo dulce y también un buen café, así que recordé la receta y aproveché unas preciosas fresas que acababa de comprar.
Preparar un affogato no puede ser más sencillo:
El fondo se coloca la fruta y unas galletas partidas en trocitos (en este caso, como no, son pastas de coco). Por encima se coloca un poco de helado, tocaba de vainilla, y por último se prepara un buen expresso. Si os gusta el amargo del café podéis incorporarlo tal cual, sino, es mejor que lo endulcéis antes de echarlo sobre el postre.
Admite mil y una variantes, sólo hay que ir probando: virutas de chocolate, melocotón en almíbar, sirope...
El contraste entre la frescura de la fruta, el frio cremoso del helado, el crujiente de la galleta y el calor del café hacen de este postre toda una experiencia. Ni que decir tiene que debe ser degustado recién hecho (no echéis el café hirviendo o os quedaréis sin helado!)
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