Uno de los detalles de la decoración que más nos llamó la atención en Tapadinha fue el
samavar que tenían en una repisa.
Suerte que quien me acompañaba conocía el artilugio. Se trata de un utensilio para tener siempre disponible agua hirviendo, para hacer té o cocinar. Además, en la parte superior se puede dejar una tetera o cualquier recipiente que queramos mantener calentito. Ya he conseguido que me prometan que me van a traer uno desde Persia, allí recogieron la tradición rusa y también lo utilizan.
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